viernes, 10 de octubre de 2008

RESTAURANTE AMARCORD (València)

Está en la C/Calixto III, es un lugar muy tranquilo, la decoración sobria pero agradable, decora la pared un par de carteles de la película AMARCORD de Federico Fellini, por cierto gran peli.

El tiempo no acompañaba, con la amenaza de Gota fría y en alerta roja y supongo que también por el tema crisis, éramos dos mesas en el restaurante.

La carta creo que tiene la proporción justa para que puedas elegir, no es excesivamente extensa pero sí lo suficiente surtida.

Pedimos dos cervezas, mientras nos decidíamos con el menú.

De entrantes nos inclinamos, como es habitual en nosotros, primero por un buen plato de Jamón de Bellota acompañado de pan con tomate.
Este plato por muy común que sea, es de entrada una garantía que no vamos a salir con hambre, y segundo nos encanta saborear el jamón.
No nos engañaron era un buen jamón de bellota. Y el segundo entrante, una ensalada y esa siempre es en mi honor:

-Una ensalada tibia de langostinos con virutas de chocolate.La presentación es magnifica, hay todo tipo de vegetales verdes, rucula, endibia, canónigos, sobre ellos unos langostinos perfectamente pelados, y manchado suavemente de chocolate ( a esto ultimo le tenía algo de respeto porque no me gusta el chocolate)

Quedamos gratamente satisfechos por la ensalada.

Después cenamos, para JM (que siempre me acompaña)

Solomillo de buey con Foie y cebollitas caramelizadas.

Y para mí, que quería probar una salsa nueva:

Pollo a la brasa con salsa chimichurri argentina.

Ambos platos iban acompañados como guarnición con un cuadrado perfecto de tortilla de patata, rellena de carne picada y queso.

El buey estaba en su punto y tierno. Debo decir que fue mas acertada la idea de JM que la mía, el pollo me gusta de todas las maneras y a la brasa está muy bueno, pero la salsa chimichurri, no me dijo nada en especial.

Esto lo acompañamos con un buen vino Ribera del Duero Tinto, “Martin berdugo” crianza 2005:
( Elegante, complejo, delicado..., lleno de matices especiados y notas minerales).

De postre, Carpaccio de Piña, mas que nada por desengrasar un poco, habitualmente no como postre.

El servicio impecable, la camarera es eficiente, discreta y simpática al mismo tiempo.

Y en cuanto al precio, quedó un poco desmedido, por la botella de vino. Pero sin duda es un lugar que puedo recomendar.

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